jueves, 12 de septiembre de 2013

La Patria Grande a bordo de un Fiat 147

Un día, encendieron el Fiat 147 y salieron a andar caminos. Con los instrumentos a cuestas (ambos
estudiaron música) y el título de biólogos colgado en la pared del departamento que comparten en Buenos Aires, primero rumbearon hacia Purmamarca, Jujuy, donde se quedaron un tiempo sumando conocimientos musicales e intercambiando experiencias culturales con turistas de todo el mundo y luego, con la idea ya puesta en un proyecto, recorrieron la Patagonia.

De ahí en más, el 147 sólo detuvo su motor para cargar combustible, y anduvo, cargando a Pablo y a Lola (32 y 29 años respectivamente), más de n, a través de 8 países latinoamericanos: Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Brasil y Uruguay  y el nuestro.

Después de un año de viajar llevando la música argentina a otros lugares, el dúo está de regreso en Buenos Aires, y tramando un nuevo destino, que será esta vez al viejo continente. Pero antes, la experiencia quedará plasmada en un concierto que se llamará “Una vuelta por Sudamérica”, donde expondrán imágenes, música y danza, y algunos relatos, el próximo 20 de septiembre en el Auditorio SADOP (Tte. Gral. Juan Domingo Perón 2625, Capital Federal)

Pablo: - Nos conocimos en la facultad, estudiando biología, y siempre nos gustó viajar. Estamos juntos desde hace seis años, y hace cuatro  nos fuimos primero al norte argentino y luego a la Patagonia en un viaje de seis meses. Llegamos hasta Calafate en el Fiat, y ya después nos quedó chica la Argentina y, como veníamos entrenados en salir a tocar, nos animamos a la vuelta grande.

Llevaron sus propias canciones pero también de otros autores. ¿Eligieron un repertorio específico para cada lugar donde fueron?

Pablo: -En todas las giras que hicimos fuimos recopilando música del lugar y canciones nuestras, a Sudamérica nos fuimos con un show que era una propuesta de un viaje imaginario por las regiones de Argentina, a través de nuestra música. Contábamos historias relacionadas con las canciones, por qué se usaba cada instrumento, o el por qué de los nombres y al final hacíamos una muestra de danza.

Lola: -Al principio llegábamos sin nada previsto, golpeábamos puertas, y nos ofrecían tal o cual lugar. Luego, fuimos aprendiendo, y conseguimos lugares mejores para hacer un show de estas características, y ya íbamos a centros culturales o instituciones o pequeños teatros. Una parte del aprendizaje fue conseguir lugares acordes al show que llevábamos.

¿Cómo los recibía la gente? Sobre todo la de otros países.

Pablo: -Sentimos mucha sorpresa. Uno cuando va afuera y dice que es músico siempre te piden tango. Nosotros teníamos decidido no hacer tango, queríamos mostrar la diversidad de la música de Argentina, nos recibieron muy bien, si bien había gente que conocía el folklore argentino e iban a escuchar y te pedían un tema de Mercedes o Yupanqui, les gustaba aprender, no sabían que existían tantos ritmos en nuestro país.

En cuanto a lo de ser biólogos: ¿han dejado por completo la carrera para dedicarse a la música o siguen trabajando?

Pablo: -Nos hemos dedicado de lleno a la música, sin embargo tenemos proyectos de implementar nuestros estudios. Seguimos relacionados con  biología a nivel académico e investigativo, ambos somos educadores ambientales y actualmente trabajamos un proyecto de fusionar la música con la educación ambiental. Antes de salir de viaje, armamos una idea de espectáculo con orquestas infantiles, donde se entrevere la biología y las ciencias naturales, en base a nuestras canciones.

¿Qué características tendrá el espectáculo que presentarán en septiembre en Buenos Aires?

Lola: -La idea del espectáculo es que sea un cierre de nuestro viaje y que la gente pueda saber lo que vivimos nosotros. Habrá una parte de folklore argentino,  proveniente de los lugares que recorrimos; y la segunda parte incluirá canciones de los países por donde anduvimos, más una muestra de fotos. Ampliaremos el grupo con dos músicos y bailarines que representarán danzas típicas.

¿Qué experiencias, encuentros y conocimientos les dejó este primer viaje “musical” por Latinoamérica?

Pablo: -Nos sorprendió saber que no estábamos tan locos (risas). Cuando uno sale se encuentra con un montón de argentinos dando vueltas, viajando de las más diversas formas, con música, artesanía, teatro para chicos, hasta odontólogos.

La idea que llevaba el Che Guevara cuando salió con su motocicleta…

Lola: -Hay un submundo de gente sobre ruedas, nos ha pasado ver patentes de Argentina en los lugares más insólitos. Y si, el 90 por ciento de los argentinos venían con la idea del Che. Nosotros no conscientemente, pero quizá algo de eso teníamos en nuestro interior.

Deben tener miles de anécdotas de viaje…

Pablo:  -Si. Muchas relacionadas con el Fiat, la gente no puede creer que diéramos la vuelta con ese autito, en Brasil es una reliquia el 147. Lo más insólito es que cuando volvimos, teníamos la VTV (Verificación Técnica Vehicular) vencida, y fuimos a hacerla. ¡Y salió perfecta!

Lola: -La verdad que uno cuando sale se da cuenta de lo importante que es la contención de la gente y de cómo el viaje se construye a partir de lo que vas conociendo. Muchos nos brindaban todo sin saber quiénes éramos siquiera sin ellos nada hubiera sido posible. Por otro lado uno se termina sintiendo como en casa, si bien son países diferentes, somos todos muy parecidos, uno termina extrañando la milanesa con papas fritas y el asado y de regreso, comienza a extrañar olores, comidas y frutas de otros lugares. Sentís como si no te hubieras ido tan lejos.

¿Piensan seguir hacia otros rumbos?

Pablo: -Ahora estamos abocados a la fecha del 20 de septiembre, pero la idea es empezar a diagramar Europa, esta vez no en el auto porque se va a complicar.

Lola: -Aceptamos propuestas,  si a alguien se le ocurre cómo trasladarlo, que nos escriban.

Fuente: http://www.boletinfolklore.com.ar/entrevistas/2013/pablo%20y%20lola.html

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